Sobre un charco, privado, se dibujan -y estallan-, burbujas de esa lluvia que anuncia que será persistente el amor.
Es el aire, que reclama limpieza y promete favores que no hablan con palabras.
Cuando Valentín pide prestado a Eros su carcaj.
(...)
Con un nuevo entusiasmo, se desgranan ardores y promesas.
Como en una reciente primavera, cae manso y agitado el orballo sobre tu piel canela.
Se tiñen de deseos clandestinos tus labios púrpura; mi flauta mágica inventa sobre tu piel nuevos acordes. Y en tu pelo azabache brilla el azul de luna, ese afiebrado brillo que aflora en las miradas de pasión oriental.
Mil y una noche, y más.
La danza de tu vientre me enreda y me recoge.
2 comentarios:
¡Qué placer leerte don Juan!.
Preciosas reflexiones poéticas para este día precisamente.
Ya sabes que el orballo moja poco a poco, es decir: "paseniño", "de vagar". pero termina empapando.
Esa lluvia pregonera, te lleva a terminar "enguedellando", osea embrollando, enroscando, nada menos que una danza con el vientre.
Biquiños
Me encantan las burbujas, son el complemento ideal en un charco, en un río o dónde se tercie.
Un abrazo Juan.
Gracias por dejarme colar en tu rinconcito.
Besos!!!
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